domingo, 3 de marzo de 2013

LA SUPERACIÓN, UNA GRAN ALIADA

Aunque soy el primero que defiendo por encima de todo el #running como algo social y solidario, quiera uno o no, este bello y maravilloso deporte lleva algo implícito, algo innato, indivisible y que no se puede obviar, hablo de la superación.

Felicidad, satisfacción, objetivo conseguido...
Cuando te dicen de correr y que te animes a ello, es que ni te lo planteas o directamente lo ves como algo inalcanzable para ti. Tu mente simplemente lo deshecha. ¡Aparcado!

Pero cuando por fin uno toma la decisión de empezar a correr y se da cuenta que es posible, porque al principio solo aguantabas como mucho 2 minutos, pero de repente llega un día y uno consigue aguantar 20 minutos seguidos, es ahí, en ese mismo instante cuando estás caminando por el sendero de la superación. 

 Cualquier corredor, sabe cual es su mejor marca y la recuerda de manera especial. Recuerda esa carrera donde la hizo y recuerda esas sensaciones que le llevaron a conseguir su MMP (mejor marca personal). Sin duda para mi, esa carrera que me dejó ese sabor de satisfacción, esa sensación de haberlo dado todo, fue la Carrera Popular de Tetuan 2012.


Había entrenado bien y ese día me levanté para la carrera y me dije "tengo ganas de correr". Eso ya es una buena señal pero todos lo que hemos participado en carreras, sabemos que ponerte el dorsal es algo mágico, algo que te transforma, algo que te acelera y meterte en el cotarro con todos los corredores uuuffff.... ¡Qué sensación! ¿Verdad amigos?

¡Bang! La salida y todo el mundo a correr.... Fui a correr con amiguetes y salimos muy atrás pero al poco me vieron y me dijeron "tira anda, tira..." Ese día bajé mi mejor marca en unos 2 minutos y no fue otra cosa sino mi afán de superación, lo que me llevó a ello. Puedo decir con toda la humildad del mundo que me siento muy orgulloso.

Llegando a meta (tiempo oficial 46:48 tiempo neto 45:59)

Sin ninguna duda correr me ha ayudado a vencer obstáculos pero no solo en el aspecto deportivo, sino también en mi vida personal. Cada pasito, cada zancada han sido un pequeño logro y un triunfo que me han llevado a superarme y para ello hay que pagar un precio, porque sin esfuerzo no hay recompensa.

Llegué esprintando, dándolo todo. De 700 personas entré el 274 y levanté los brazos a lo más alto, vaya que si lo hice, porque ese día, en esa carrera, una vez más volví a ganar. Ese día gané mi carrera.

Un abrazo; 



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