domingo, 8 de febrero de 2015

CONOCIENDO AL SEÑOR SOBRE ENTRENAMIENTO

Domingo. No suena el despertador. Son las 11:00 de la mañana. Ya no salgo a entrenar, ni a hacer la tirada larga ni a una carrera. No salgo a correr. Me levanto cuando nos despiertan los niños, o simplemente cuando me apetece. No tengo ganas de correr.

Pensaba que no podía pasarme, había oído hablar de ello, pero ¿a mi? Bah! "A mi no me puede pasar eso, es imposible..." Pero no, no lo es y creo que me ha pasado.

Así de rotundo. No hace mucho sonaba el despertador y salía de la cama sin hacer ruido, alumbrándome con el móvil en silencio, andando por la casa casi como con un ladrón de guante blanco y digo casi porque raro no es la vez que te das con algo, o se te ha olvidado algo crucial para salir y haces un ruido que por mínimo que fuera, sacaba del trance de Morfeo a mi mujer.

Desde abril 2013 que corrí mi primer maratón en Madrid (4h13') no he parado. Corrí Valencia (3h43') en noviembre de ese mismo año maravillado y fascinado por las mieles de Filípides.

En el Maratón de Madrid 2014

En febrero 2014 corrí Sevilla (3h41') en la que es por ahora mi mejor marca. En abril 2014 no falté de nuevo a la cita con Madrid (4h05') la cual corrí muy relajado y sin forzar. De nuevo en noviembre 2014 volví a correr sobre el agua en Valencia (3h57') y como ya os conté en mi entrada "AL MARATÓN SIEMPRE DE USTED" a pesar de ir mejor preparado que nunca, el Maratón me puso en mi sitio.

Y detrás de todas estas carreras, horas y horas de entrenamiento, kilómetros de series, de cuestas, tiradas... y por supuesto carreras de 10Km, medias maratones, incluso algún trail. Hasta aquí diréis algo normal para un runner o para un maratoniano. Es nuestro día a día.

Echando la vista atrás, hacía unos meses ya notaba que algo no iba bien. A pesar de ver que había crecido en el mundo del running y había mejorado tiempos y marcas, me costaba más, mucho más salir. Hacer unas series o seguir el plan se estaba convirtiendo en una carga, en un verdadero suplicio y no como antes, que disfrutaba de ello.

Terminaba muy fatigado, muy cansado, con las piernas, como solía poner en Twitter, como columnas corintias o de estilo jónico. Mi rendimiento era inferior a pesar que me esforzaba más. Tenía todo tipo de dolores y muscularmente estaba tocado. Llevo con un aductor en fin...

Aparte de esto el remate fue que no dormía bien y claro está no descansaba. Estaba más irascible e irritado. No me concentraba. La de vueltas que he dado en la cama y la de vueltas que le he dado a la cabeza. No solo estaba cansado físicamente, mentalmente estaba agotado.

En resumen, que decidí parar totalmente y creo que ha sido la mejor decisión que he podido tomar. He trotado algo y he vuelto a recuperar la sonrisa junto con mi mujer @Vero_Villegas_

Ahora en el plano individual me he replanteado mis objetivos y me los he fijado más accesibles y por supuesto sin ninguna presión. Vuelvo a pensar en correr y mi cara vuelve a esbozar una sonrisa. Creo que voy por el buen camino pero sobre todo con temas como este tan serios creo que es fundamental asesorarse por un buen entrenador que esté preparado y cualificado. Yo me lo estoy pensando... 

Mientras, salgo a correr no a entrenar y disfruto de caminos como este.

Nuevos caminos, nuevas ilusiones



Creo que he conocido al señor Sobre Entrenamiento. Ha intentado robarme lo más preciado que tengo como corredor, mi motor, ha intentado sustraerme LA ILUSIÓN pero no lo ha conseguido. Vigilar a este ladrón, no le dejéis entrar. Os lo digo por experiencia...


Un abrazo;

@javier_alamo

Google+ Javier Alamo